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SONIDERO DE LOS ANDES

Entrañable trovador de la lengua madre del Perú, el quechua. Es catalogado como uno de los máximos exponentes de nuestra música; y además, considerado “El brujo de la guitarra andina”. Manuel Prado Alarcón, mejor conocido como “Manuelcha” ha sabido engalanar con su demostrada vena artística en cada lugar donde se ha presentado, dejando el eco del idioma de nuestros antepasados por todo lo alto. El “Sonido de la tierra” al menos, es una de tantas representaciones de cada voz y  susurro de ese rincón profundo, que se destaca por el sentir y vivir de todo el universo quechua-hablante, que se podrá presenciar este jueves 21 de noviembre en el Gran Teatro Nacional. 

Publicado: 2013-11-20

Fue en el décimo aniversario del conocido programa de música “World Routes” (Por las rutas del mundo) de la cadena BBC de Londres, donde invitaron a varios músicos de diversas partes del planeta. Artistas de África, Asia, y por supuesto, de esta parte del continente latinoamericano, de Sudamérica. Y ese invitado emblemático fue alguien de nuestra región, de nuestro Perú; y fue nada más y nada menos que Manuelcha Prado.  

Sí. El popular “Manuelcha” dejó ante la crítica y el público londinense vestigios de su impecable y vasto repertorio, cuyos aplausos no se hicieron esperar; entre ellos el de uno de los grandes guitarristas de la escena internacional: Jimmy Page, ex líder de la legendaria banda Led Zepellin.

“Coincidimos con él (Page) como invitados y actuamos allí en Londres. Él es muy conocido por toda la juventud inglesa y en todas las urbes. Salimos por la ciudad; tuvo palabras de elogio para mí, y nos tomamos un vinito (ríe), mientras conversábamos sobre la música”, afirma el cantautor del entrañable tema “Trilce”, y sostiene que sabía de esta mítica banda británica mucho antes de su paso por el viejo continente.

Y es que Manuelcha había conocido sobre Led Zepellin en Andahuaylas. “Yo tenía un amigo que pertenece al grupo Uchpa, que hacia arreglos para su agrupación. Luego, me dijo: “Cuando tú tocas me recuerdas a Jimmy Page”…Y yo le decía “¿Quién es él?”. Entonces fuimos a su cuarto, porque él era policía. Y en su descanso me enseñó los discos de vinilo de esta banda (Zepellin). Posters. Y todo. Tomamos unos vinos y nos pusimos a escucharlo…”

Esas cosas se las comentó allá a Page, y él se emocionaba y se extrañaba. Parece que no tenía noción de esto porque tiene pendiente una visita a nuestras tierras. Pero Manuelcha toma esto como una lección a modo de reflexión. Un artista, quizás peruano, puede luchar a través de los años en su país para destacar con su música, en su tierra. Pero evidentemente, a veces necesita salir con dirección al extranjero y termina recibiendo un reconocimiento contundente como fue en este caso.

MANUELCHA PRADO. FOTO: ANTHONY APAZA.


¿Qué nos va ofrecer en esta oportunidad con “El sonido de la tierra”?
Será una segunda edición que contará con la participación del maestro Manuel Silva “Pichinkucha”, un gran trovador andino. Uno de los cantautores y guitarristas más importantes. De hecho, el pintor universal Oswaldo Guayasamín decía que pintaba sus cuadros escuchándolo. Él (Silva) estará con nosotros y con la agrupación Los Campesinos. Ellos son de la zona sur, de Paucartambo, Cusco. Entonces, esto será una presentación de un gran repertorio andino; realizado con profundidad desde nuestros andes peruanos…
¿Repertorio andino totalmente en quechua y lo que conforma ese mundo?
Así es. Y de los vientos. De las alturas. Del murmullo de los manantiales que bajan cantando. Ese es el sonido de la tierra. En la voz y guitarra del maestro Pichinkucha y de quien te habla, y en la guitarra y acordeón y finas voces de Los Campesinos.
¿Cómo nace ese vínculo entre Manuelcha Prado y la guitarra?
Es un vínculo vital desde que empecé a tocar a los 12 años en Puquio, mi tierra natal. Y desde ese entonces no he podido… ¡y no quiero! (risas) separarme de mi guitarra. Manuelcha Prado es la guitarra, y la guitarra es Manuelcha Prado (ríe). Ella es para mí como una extensión no solo de nuestro pueblo, sino de mi espíritu…
Sobre todo si lo aprendió de modo autodidacta; es decir, de manera empírica…
Exacto. No tuve la suerte ni la oportunidad de estudiar sistemáticamente esto en alguna escuela o academia. Tuve que hurgar solo en el mundo de la guitarra, año tras año, y ver qué posibilidades sonoras encontraba. Y así, todo se fue dando como producto de una investigación permanente en el propio instrumento.
¿Cuánto tiempo fue exactamente todo lo que duró este proceso de aprendizaje?
Bueno. Creo que un poco más de cuarenta años, y siento que todavía estoy en pañales (ríe). Y es la guitarra es todo un mundo. Complejo. Hermoso pero muy complejo, y difícil.
¿Ve a la guitarra como parte de una cosmovisión andina, o la ve más universal?
Es universal, como todos los sonidos de la tierra, además de que se encuentren guardados dentro de la misma guitarra. Y es si bien puede ser tocada, por ejemplo por un español, podrá sonar a flamenco. Pero igual mantiene esa versatilidad, y entonces, el sonido mágico de la guitarra está muy relacionado con lo andino. Es decir, cuando llega al Perú se andiniza. Se queda en el litoral peruano como criolla, pero también sube a los Andes. Se aclimata en Huamanga (Ayacucho), en Arequipa, en Ancash, y más allá de los tres o cuatro mil metros de altura de Cerro de Pasco, y va formando así esa escuela de la guitarra andina…
Y con respecto al cajón, ¿cómo se podría discutir su escuela o lugar de origen?

Bueno, evidentemente el cajón nace peruano. Y luego se va haciendo universal. Con el flamenco con Paco de Lucia, y después en otras partes. Hasta los andinos nos hemos apoyado del cajón.

afiche concierto. foto: centro cultural manuelcha prado. 

Y en cuanto al panorama actual de la música andina; ¿el gusto por lo nuestro está en caída o ha ido creciendo? ¿Cómo lo ve en nuestros días?
La música andina como raíz intenta su proceso de continuidad, como tiene miles de años cuenta con una raíz profunda. Pero aun así, nos preocupa la avalancha del sonido enlatado: la música comercial, ya sea rock, cumbia, o lo que está de “moda”. Y estos a través de los medios de comunicación masiva son explotados sin ningún espíritu cultural, histórico o artístico, con tal que suene fuerte y que se brinque en el escenario. Yo tengo la esperanza de que los jóvenes, inteligentes ahora hagan pues, música con calidad; para el espíritu, para el corazón…
Y para las mujeres…
Evidentemente (risas). La mujer siempre ha sido fuente de inspiración en la música.
¿Cuántas mujeres en su vida han sido fuentes de inspiración?
Muchas mujeres (Risas). Ahí tenemos a Trilce, Lucero, Milagros (sus hijas).
Y un varón, Amaru.
Así es. Amaru…Tú sabes que Amaru es una deidad pre inca. Los amarus son los que resistieron en Vilcabamba. Eran guerreros provenientes de Bolivia y que se asentaron en aquella zona de resistencia, en el Cuzco. Y cuando llegan los españoles, Túpac Amaru I es quien encabeza dicha resistencia como el último de esa legión. Y dos siglos más tarde, José Gabriel Condorcanqui, llamado Túpac Amaru II, continúa con la batalla de emancipación y por la independencia de los nuestros…Entonces los amarus no mueren. Son una estirpe que se encuentra y perdura a lo largo de los siglos…
Como nuestro quechua…
¡El quechua! Es un idioma maravilloso, que no solo le pertenece a los hombres del ande; es un patrimonio de la nación, de todos los peruanos: de los costeños, de los selváticos. Es más, es patrimonio ahora de los “peruanistas”, que están diseminados allá en Nueva York, Berlín, España, Japón. Gente inteligente que va aquilatando el gran peso histórico que tiene el quechua como un medio para entendernos a nosotros mismos. A parte de ello, el quechua también tiene otro valor. Un valor filosófico, poético, emocional, porque este es un idioma del amor.
¿Está de acuerdo con que se imponga una ley para que la juventud de ahora aprenda y sepa el quechua?

No, no estoy de acuerdo con la imposición de ningún tipo. Yo creo que todo signo cultural debe hacerse a través de la persuasión. Con cariño. La gente tiene que estar convencida de que lo quiere. Que se trate de imponer no tiene ni pies ni cabeza. Lo que se debe hacer es promover, demostrarles a profesionales; sean periodistas como tú, o músicos como yo, que el peso específico que tiene este idioma (quechua) o el aymara es nuestra historia, y lo hermoso que sería que todos los peruanos hablemos por lo menos, el ABC de estas lenguas; que se hagan programa, convencer a los canales de señal abierta para que exista un segmento donde poco a poco se vaya aprendiendo algunas palabras o frases pequeñas. Así como Acurio (Gastón) le puso “Tanta” a su restaurante; y mucha gente no sabe que “Tanta” significa “pan” (risas)...Los asuntos culturales, ya sean el aprendizaje de este idioma u otro signo, tiene que darse por el lado de la educación. Hacer entender a los niños y jóvenes sobre este bien preciado, que si dejamos que desaparezca, sería tan grave como dejar que desaparezca el Machu Picchu.



Escrito por

Anthony Apaza

Joven de 26 años, recién egresado de periodismo. Amante fiel del cine, el teatro, de la música, la literatura, el arte. En fin.


Publicado en

La voz de miles

No somos cientos, aunque tampoco millones; pero fácil somos miles quienes tenemos ganas de decir algo, de cambiar algo, de expresarnos...