Una escalera de mármol recién restaurada es la senda blanquecina por donde un comprador debe bajar en busca de la ropa de oferta en una publicitada tienda por departamento de origen foráneo. Ese mismo camino conducía, hace no mucho, a la pista de baile de una discoteca dudosamente bautizada como Cerebro. Pero estos no siempre fueron peldaños sin gloria: varias décadas atrás, por esta escalera se llegaba al entrañable café Palais Concert, en el corazón del limeñísimo jirón de la Unión.  

En esta arteria del Centro Histórico, por donde a diario circulan millares de limeños, provincianos y extranjeros, se edificó en 1911 la Casa Barragán, ahora convertida en tiendas Ripley por cosas del destino, y de los mercados. La metamorfosis, sin embargo, ha ido bastante más allá del cruce con la avenida Emancipación, para abarcar prácticamente todo el jirón, desde la Plaza de Armas hasta la calle Belén.

LA “FLORIDA” DE LIMA

El jirón de la Unión es, en la actualidad, la quinta calle más cara del continente, según estudios de Colliers International. Además, es una de las vías peatonales con mayor flujo de visitantes – entre residentes y turistas – durante todo el año, muy a la par de otras calles representativas de América Latina. Allí, entre pollerías, tiendas de ropa, cines, zapaterías, farmacias y tatuadores al paso, convergen todas las sangres y culturas locales, en un mosaico de costumbres matizado por el comercio, turismo y la historia.  

Desde su primera cuadra, cerca de Palacio de Gobierno, hasta la avenida Bolivia (Palacio Francés), este angosto sendero ofrece variedad y rincones para todos los gustos y todos los bolsillos.

“Para hablar del jirón de la Unión hay que mirar todo al revés – opina Luis Repetto Málaga, reconocido museólogo peruano-. Muchos lo vemos solo como el eje del Centro Cívico o del hotel Sheraton. Cuando llegan los conquistadores, vienen del norte, por el lado del Rímac; por eso, la calle anterior se llama Jirón Trujillo; el ingreso a la ciudad era por ese lado del río”.

cortesía: archivo histórico diario oficial el peruano. 

De hecho, al revisar los solares e inmuebles situados en esta vía, el observador se percata de que la única casona en óptimas condiciones es la Casa Aliaga, la más antigua de Lima y América Latina, construida en 1535 por don Jerónimo de Aliaga, quien fuera uno de “Los trece de la isla de Gallo” y partícipe de la fundación de la Ciudad de los Reyes. En plena cuadra dos del emblemático jirón, esta reliquia de la arquitectura colonial ha pertenecido a 17 generaciones de una misma familia, todo un récord de permanencia y continuidad.

“Ahora esta casa está vinculada con el turismo receptivo. Tengo entendido que en ciertas fechas, una vez al mes, se arman comidas nocturnas abiertas. Su ubicación en un sector es evidencia de que toda esta área era zona arqueológica”, comenta Repetto.

LA VIA DEL NEGOCIO

Respecto al jirón de la Unión, el gerente de Investigación de Colliers International, Sandro Vidal, afirma que como “calle comercial” debe entenderse la existencia de variados rubros de productos y servicios en una vía de alto tránsito. Eso configura el mayor o menor interés en una zona.  

“Para nosotros, el jirón es la calle comercial más cara del Perú y Latinoamérica, por excelencia – acota Vidal-. Esta arteria es paso obligado para los transeúntes que vienen, por ejemplo, de los distritos del Rímac y San Juan de Lurigancho hacia el Centro de Lima. Alrededor de 300,000 personas van y vienen cada día por toda esta ruta”.

Un valor agregado de esta calle es su condición de vía propiamente peatonal, dispuesta desde el 20 de noviembre de 1982 por la gestión del alcalde Eduardo Orrego. “En México, Buenos Aires, Santiago de Chile y otras metrópolis latinoamericanas, la peatonalización de calles importantes es una tendencia”, menciona Repetto.

En el siglo XX, el jirón acogía a las tiendas de las marcas más conocidas del mundo. En cierto modo, pasear por el jirón daba cierto prestigio y “caché”. Como no recordar La Botica Francesa, por ejemplo, que era punto de encuentro para la élite citadina de la Lima aristocrática de los años 20. Más tarde, sonaron fuerte los nombres de tiendas como Oeschel, Monterrey, Scala, Sears, Tía y Todos.

Pero como todo tiene su final, el ingreso de nuevos formatos de negocio a lo largo de la franja dejó rezagadas a La Vía Venetto, La Gran Vía y la galería Boza, donde se colocaron las dos primeras eléctricas del Perú.

LA PROCESIÓN VA POR DENTRO...y por fuera

Ahora, son peluquerías, tiendas de ropa de segunda mano, rosticerías, dulcerías, zapaterías, “sandwicherías” y hasta sex-shops los nuevos inquilinos del jirón. El alquiler de un metro cuadrado en la emblemática arteria se ubica entre los 60 y 80 dólares mensuales, según las condiciones de conservación del inmueble.  

Hoy por hoy, el jirón de la Unión – no obstante el peso de la historia que ha moldeado y soportado – no se resigna al desplome de sus paredes. Tal vez no conserve ese garbo que lo caracterizó en el siglo pasado, pero nunca dejará de sorprender a propios y extraños, por una simple y sencillísima razón: en muchas calles del mundo se puede caminar…pero aquí y solo aquí acudimos a ella para "jironear". 

Publicado el 17 de enero del 2014, en el suplemento Variedades del Diario Oficial El Peruano

el jirón de la unión es la quinta calle más cara del continente. rentar un metro cuadrado cuesta 70 dolares mensuales, según recientes estudios de colliers international hasta mediados del 2013. foto: juan carlos guzmán / diario el peruano.

datos importantes

Hasta mediados del 2013, el Jirón de la Unión se ubica como la quinta calle más cara de Latinoamérica (70 dólares el metro cuadrado). Los primeros lugares lo ocupan Brasil con dos calles: García D'Avila en Río de Janeiro y Oscar Freire en Sao Paulo cuyo costo es de 320 y 230 el m2. En el tercer lugar se encuentra Andino de Bogotá, Colombia con $ 200 m2; y en cuarta posición la pintoresca calle peatonal Florida (el "jirón de la unión" gaucho) de Buenos Aires, Argentina con un costo de $ 88,90 m2. En ese sentido, la arteria del Cercado de Lima logró desplazar a la lujosa avenida Presidente Masaryk de la Ciudad de México DF. Esta vía se sitúa en la colonia Polanco, una de las más exclusivas de la capital mexicana, y su costo por m2 es de solo $57. (Información de Colliers International).  

De las casas y casonas más ilustres, además de la Casa Aliaga (edificada sobre la Huaca de Taulichusco) encontramos cruzando la Plaza de Armas de Lima la famosa Casa Courret, digna muestra y ejemplo representativo de arquitectura "art nouveau", estampada con un estilo ecléctico en su fachada. En relación a esta (la Casa Courret), Luis Repetto señala que hay un proyecto de convertir el reciento en un Museo de Fotografía. Asimismo, la Casa Welsch es otra infaltable de los lugares concurridos por la Lima de antaño. El edificio fue fundado en 1906 en la esquina del Jirón de la Unión 498, a una cuadra de la Plaza Mayor, y poseía en la parte superior externa un reloj de marca suiza Longines, que era conocido por los limeños de ese entonces como el "Big Ben", ya que al ubicarse en una de las vías más transitadas de la ciudad, marcaba la hora oficial. En 1991 vino su decadencia, así como la extinción del recordado reloj marcador, para convertirse por más de dos décadas en una sucursal de tiendas La Quinta, donde hasta hace poco se buscaba ropa de segunda mano, con rebajas extremadamente risibles. Actualmente funcionan en esta esquina un local de KFC y otro de Starbucks Coffee.