Es importante señalar que las películas que se mencionan no son un reflejo total del catolicismo; solo son historias (algunas basadas en hechos reales) que nos demuestran que en esta vida, no podemos poner a nada ni a nadie en un podio, ni en un pedestal, ni en el altar. Religiosos buenos existen. Católicos excelentes los hay…Pero no podemos tampoco, ignorar las manzanas podridas, como claramente lo ha hecho en nuestro país el cardenal Juan Luis Cipriani y compañía.  

El orden en el que están cada una de las cintas, no representa preferencia o favoritismo. Eso ya depende del juicio de cada uno de ustedes. Les aconsejo que tengan en cuenta que las mencionadas películas no son aptas para los, abundantes hoy en día, precursores de la intolerancia. 

“Pueblo chico, infierno grande” 

Película irlandesa dirigida por Antonia Bird. Es 1994, y Greg Pilkington, es un joven sacerdote católico que llega a un pueblo para reemplazar al párroco que recientemente acaba de fallecer. El lugar se avizora tranquilo y acogedor, pero pronto tendrá que hacerle afrenta a dos dilemas, dos encrucijadas, dos problemas: el del secreto de confesión, aun cuando se trate de delitos denunciables, y el de su homosexualidad, que ha mantenido en secreto durante años. Ganadora en el Festival de Cine de Toronto a Mejor película (Premio del Público).  

“Padre nuestro, que estas en los cielos…” 

Amaro es un joven de 24 años que acaba de ser nombrado como sacerdote. Llega a la parroquia de un pequeño pueblo de la sierra de México llamado Los Reyes para apoyar en los servicios del templo al padre Benito Díaz. Es allí donde el padre Amaro conoce a Amelia, una muchacha de 16 años quien es novia de Rubén, un joven periodista de un diario local, que se ha encargado de publicar los malos manejos de la Iglesia en esa región, y la corrupción impregnada en los gobernadores del pueblo. Poco a poco, el joven sacerdote se va involucrando sentimentalmente con la adolescente, a punto de provocar la ruptura en la relación de la joven con su prometido. Pero las cosas no solo quedan ahí, ya que el padre Amarom, además, se va dando cuenta de cosas que suceden en el pueblo relacionado con el narcotráfico de la región, encabezados por El Chato Aguilar, y que involucra ante su asombro a varios miembros de la parroquia, entre ellos, al párroco de su congregación e incluso, al mismo Obispo. Filme nominado al Oscar a mejor película extranjera.  

“Bendita eres entre todas las mujeres…”

 Anne Marie es una joven proveniente de buena familia, en la Irlanda de 1963. Una acción equivocada debido a su inocencia y falta de experiencia, hizo que sus padres decidieran internarla en el convento religioso de las Hermanas de la Magdalena, recinto católico famoso por sus singulares lavanderías en donde cientos de mujeres, entre jóvenes y de otras edades, trabajaban forzosamente al ser recluidas debido a la deshonra que aparentemente, habían provocado en el seno de sus honorables familias. Anne Marie, que pasa a llamarse Teresa, comienza a ser víctima, al igual que muchas de sus compañeras internas, de explotación, maltratos, y humillaciones propiciadas por las mismas monjas, a vista y paciencia de los curas que conocían al revés y al derecho la situación vivida en los llamados “conventos del terror”.  

“He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra…”

 Otro filme irlandés basado en hechos reales, acontecidos también en los conventos de la orden The Madeleine Sisters, donde tres muchachas: Margareth, Bernadette y Rose, posteriormente llamada Patricia, son llevadas en contra de su voluntad. La primera al ser ultrajada por su primo; la segunda, que ha crecido en un orfanato y es el centro de atención para muchos chicos, y la última, que tiene un hijo fuera del matrimonio, representan para una insensible e intolerante sociedad irlandesa de aquellos años 60, un peligro moral y al ser vistas como instrumentos de lujuria, vanidad y pecado, se convierten en las nuevas adquisiciones para integrar ese gran número de mujeres que vivían sometidas a trabajos forzosos en las lavanderías del convento, sin retribución alguna ni de dinero, ni de mejores condiciones; todo ello a cargo de la severa y rígida madre superiora: la hermana Bridget, quien junto a otras “religiosas”, transformarán la vida de cada una de las jóvenes en un infierno, albergado de abusos que tenían que soportar las incautas mujeres, para redimir sus culpas y obtener el perdón del Señor…en el nombre de Dios. Ganadora del León de Oro del Festival de Cine de Venecia a mejor película en el 2002.  

“Dejad que los niños vengan a mí…”

Uno de tanto filmes controversiales y polémicos del cine español, y el más personal del cineasta Pedro Almodóvar. Ignacio y Enrique son dos niños que estudian juntos en un internado católico de la época franquista española. Ambos sienten una atracción el uno al otro que no pueden controlar. Pero en uno de sus momentos más íntimos, son descubiertos por el Padre Manolo, quien es el profesor de literatura de esa escuela parroquial. Este le jura en vano a Ignacio, que no echará a Enrique (lo cual termina haciendo) a cambio de que no diga nada de lo que hablen, ni de lo que pase entre ellos en la sacristía. Habiéndose entregado, involuntariamente al sacerdote, sin haber logrado que su compañero se quede en el colegio, lo llena de resentimiento y jura vengarse algún día. Tiempo después, Enrique es todo un reconocido director de cine que reside en Madrid, allá por los años 80, y anda en busca de un nuevo guión para su próximo filme. En eso recibe la visita de quien en un inicio, parece ser su viejo amigo: Ignacio; no obstante no le reconoce, pero decide mantener el contacto porque el misterioso personaje le ha llevado una historia que retrata precisamente su época gris de colegio religioso. Pronto descubrirá, entre otras cosas, los secretos que esconde aquel amigo extraño; la nueva vida del cura abusador, posteriormente llamado Manuel Berenguer, y sobre todo, el verdadero paradero de su entrañable y recordado Ignacio. Filme que inauguró el Festival de Cine de Cannes 2004.